lunes, 30 de septiembre de 2013

EL CAMINO DE LA MISIÓN AD GENTES (I)




INTRODUCCIÓN*
“El camino es ser santos para ser misioneros y ser misioneros para ser santos” Anónimo

El tema elegido  en este trabajo parte de la experiencia de vida como miembros de la Iglesia tratando de vivir ese mandato dado por el mismo Jesús en el momento de su partida hacia la casa de Padre, mandato que hoy se conoce con el nombre de Misión Ad Gentes y que la Iglesia consciente  de su vocación invita constantemente  para que se viva.

Los evangelios  presentan a Jesús como enviado por el Espíritu Santo,

“El Espíritu del Señor sobre mi, porque me ha ungido  para anunciar a los pobres la Buena Noticia, me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, para dar la libertad a los oprimidos”  (Lc. 4, 18)

El envía  a sus discípulos, para predicar el reino de Dios, y  después de la resurrección, los envió para hacer discípulos de todos los pueblos ,sobre todo en especial a proclamar el evangelio a toda criatura. Jesús es envíado, por el Padre bajo la acción del Espíritu Santo. Sus discípulos reciben de parte de El esta misma misión:

“Como el Padre me envió, también os envío yo” (Jn 20,21).

Lo Apóstoles quedan comprometidos con la misión de anunciar la buena noticia.Todo parte de la experiencia colectiva – comunitaria de los primeros discípulos,   en aquel momento en donde se da   la invitación hecha por Jesús, a un grupo específico pero con una connotación colectiva “vayan”,  imperativo que se traduce en el amor y preocupación para que todos los hombres alcancen la salvación.


Después del Concilio Vaticano II, en donde se abren de una manera inminente las puertas de la Iglesia Universal, dando un nuevo aire a ésta, saliendo como resultado de esa reflexión el documento que da las líneas por donde debe ser el horizonte de la Iglesia, los obispos Latinoamericanos en particular retoman la anterior experiencia y la adaptan a la realidad de sus pueblos,  fruto de esa reflexión son los siguientes documentos:

v  Medellín año 1968
v  Puebla año 1979
v  Santo Domingo1992
v  Aparecida     2007

La Iglesia debe cumplir sus misión siguiendo los pasos de Jesús y adoptando sus actitudes (cfr. Mt 9, 35 – 36). El, siendo el Señor, se hizo servidor y obediente  hasta la muerte  de cruz (cfr. Fil 2,8); siendo rico, eligió ser pobre por nosotros (cfr. 2Co 8,9), enseñándonos el  itinerario de nuestra vocación de discípulos y misioneros.  (cfr. Documento de aparecida Nº 30)

Para sustentar mejor este trabajo y darle una justificación doctrinal más solida hemos tomado elementos bíblicos y magisteriales que nos pueden ayudar a abordar mejor la problemática pastoral y misionera de nuestra Diócesis y de nuestras inquietudes misioneras también.
 * Nota: El presente trabajo fue entregado como requisito para el diplomado en Misión Ad Gentes de la Pontificia Universidad Javeriana y el Centro de Misiones de la Conferencia Episcopal de Colombia  en julio de 2013 por parte de misioneros de la Diócesis de Magangué y Misioneros Vicentinos.