* No se trata de dar vida a un mero proyecto personal; sino al proeycto de Dios. Esa vida nazarena que trata de vivir, Carlos siempre la percibió como misión de la Iglesia.
* Cuando creí en Dios, entendí que no podía hacer otra cosa sino vivir sólo para él por amor, puramente por amor rompe todos los vínculos que lo ataban al pasado para poder seguir al que ama y de quien se sabe amado.
* Mi único oficio es amar +san Juan de la Cruz
*Volvemos al Evangelio. Una sóla cosa es necesaria: Amar a Jesús, poner nuestros pasos en sus pasos, vivir su vida, pensar sus pensamientos, decir sus palabras, obrar su obras.
* Vive si tuvieras que morir martir, desea que sea hoy mismo.
* Si no vivimos el Evangelio, Jesús no vive en nosotros, porque en su continua lectura del Evangelio para conocer a su último modelo a su amado mira primero la palabra que Jesús pronuncia o el gesto que hace, luego examina cómo él vivió y finalmente ve cómo llevarlo él mismo a la vida. En el Evangelio encuentra la fuente de su conocimiento de Jesús de Nazareth con quien quiere vivir.
* La renovación de nuestra Iglesia es siempre un camino de conversión al Señor. Sólo en su luz y en su comunión esa Iglesia nuestra podrá llegar a ser el Sacramento de salvación y de liberación que los hombres de nuestro continente necesitan encontrar.
* La Iglesia aporta la dimenión comunitaria del retorno al Evangelio. La renovación de nuestra Iglesia implica la renovación de su misión y la pasión por el Reino. El verdadero amor es la fuerza de una evangelización auténtica y su gratuidad nos permite crecer como personas, es lo que deja tansparentar la acción del Padre. Y es este, y nadie más, quien construye realmente el reino. Se trata de creer realmente, tal como Jesús nos lo probó por la ofrenda de su vida, que el Reino se construye sólo se construye sólo por la fuerza del amor.
Yo soy tu hermano. En las huellas de Jesús de Nazareth. Fraternidades de Carlos de Foucauld. EP Lima Perú Federico Carrasquuilla y otros 1990.
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