La gente es amable, amistosa y pacífica pero las islas han padecido una historia violenta, con erupciones volcánicas, guerras entre tribus, comercio de esclavos y misioneros de tiempos atrás que fueron cocidos y devorados por la gente del lugar. Esto les mereció el título de “terrible Solomons”....
...La Congregación de la Misión llegó aquí en 1993 y fueron recibidos con entusiasmo. Los primeros en llegar, el P. Marcelo Manimtim, de Filipinas, y el P. Tom Hynes, de Estados Unidos, fueron los pioneros. Antes de encargarse del trabajo de formación pasaron año y medio en una parroquia, en Takwa, al norte de Malaita, para familiarizarse con la cultura y la lengua. En 1995 se trasladaron a un centro de ministerio laical llamado “Centro Apostólico Nazaret” (NAC), en Guadalcanal, donde se les juntó el P. Stanislaus Reksosusilo, de Indonesia. El Centro preparaba a líderes y catequistas seglares, pero a la vez servía de seminario menor hasta que llegó el nuevo seminario. Los PP. Marcelo y Tom se las tuvieron que ver con los arquitectos y constructores para construir el nuevo “Holy Name of Mary Seminary” (Seminario del Santo Nombre de María). Con la paciencia por los retrasos y algún desacuerdo sobre los contratos llegaron a concluir un conjunto de edificaciones prácticas y duraderas. En 1997 Estudiantes y Padres se trasladaron al nuevo Seminario. El complejo se extiende por un amplio campus con 14 estructuras distintas: 4 casas para el personal, 4 dormitorios de estudiantes con 6 habitaciones de estudio cada uno; una capilla, biblioteca, tres aulas y una cocina/comedor. El P. Marcelo implantó un programa de estudios junto con las actividades espirituales y pastorales, que ayudara a desarrollar todo el potencial de cada miembro de un grupo con habilidades tan diferentes. El P. Tom, con su gran devoción a Nuestra Señora y a la “Little Flower” (Santa Teresita del Niño Jesús), será siempre recordado con afecto por todos los que le conocieron....
El apostolado de la formación que realiza la Congregación de la Misión está siendo una parte fundamental de la Iglesia de Melanesia y, sin duda, será de gran ayuda para construir, y quizás también para salvar, el futuro de la Iglesia en esta parte del mundo. Por ahora, ninguna Provincia se responsabiliza de la misión en las Islas Salomón, de modo que el destino para trabajar aquí depende de los que se ofrezcan como voluntarios. La duración del destino es indefinida, dependiendo de la voluntad, la salud y la capacidad de resistir los desafíos del trabajo.
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